Tiembla, álzate y vuela
luego demora, inclina y acércate
a la fronda del cielo,
sucumbe al exordio de la umbría,
despierta a las estrellas
y enfrasca el cálido olor que sus puntas erizan,
a los sueños que irradian, conquista,
traspasa fronteras
y vístete del incesante resplandor
que brilla en el imperio.
Roza y saborea los misterios
que poseen,
cuéntales que de recuerdos vivo
y de los que crepitan aquí dentro
desprenderme quiero.
Envuélvelas con el carmesí de tu seda,
baja y adormece...
de sólo pensamiento te hice recuerdo.
¿Si no se te vive no existes?
Recuerdo que no te he sentido,
te ruego, invento, te pido...
recuérdame que si te imagino, eres recuerdo.