viernes, 30 de abril de 2010

A mis besos...



A mis caricias ponedles trampa en los últimos confines de tu cuerpo,
a mis ojos mandadles deshojar de la nuestra utopía el arcano enigma,
pero a mis besos que piden suicidio dadles reposo,
en lo mas recóndito lunáticos se delatan...
!ahorcadlos!que mis besos solo piden suicidio.

Los extremos.





Insospechados extremos que nunca os imaginé
en un mismo cuerpo.
Dime cómo tu mano lenta, tanto antes
muy inquieta, tal ala agitada como cien mil
alas tantas, después
como abanicando la frescura del gozo,
más lenta aún,
delicada como si quisiera palpar la esmeralda y
huella no tentara, entonces ya me acariciaba,
el cuello me abrazaba.
Dime cómo tu mano, estilizaba mis pasiones
y locuras más desenfrenadas.
Tu boca, dime cómo lenta, tanto antes
muy avariciosa, como si probar todos los sabores
en un instante fuera gloria, después
por un conjuro como hechizada,
más lenta aún,
se acercaba risueña y en mis labios se posaba.
Tu boca, dime cómo forjaba los elevados destellos
de la que a mis labios enloquecedora fragancia inquietaba.
Dime cómo tu boca, tallaba sensaciones todas
perfiladas con una ternura extremada, tu boca
cómo de terciopelo dulce mis labios bordaba.
Tus ojos, dime cómo desafiantes, tanto antes
sin llanto, como si fueran inventados, después
como el exquisito mármol, cristalizaban
mis gestos, placeres, mis sentidos;
Cómo de seda van puliendo mis deseos,
cómo van enmudeciendo a mis palabras.
Dime cómo al principio, en un mismo tiempo
lo incitas al fin.
Dime cómo tu aflicción, a un mismo tiempo
en deleite se corona.
Dime cómo tu crispación, a un mismo tiempo
en sensualidad se torna.
Dime cómo tu rabieta, a un mismo tiempo
se orienta en cautela.
Tus ojos dime cómo difuminaban la sombra
de nuestros secretos tan intensos.
Tus ojos, dime cómo con suavidad y finura
manteniendo la mirada, iban deslumbrando mi figura.
Dime cómo entrelazas, en tu cuerpo,
a tan dispares extremos.



 Tras la cortina pesada y tupida,
justo delante del ventanal, dos velas halladas encendidas,
y con cada gota caída, justo así lo tejías con hilo,
mi corazón, tú tejías con hilo fino.
Con traiciones lo desilachaste
y ahora encuentro el sentido, porque
bien sabemos querido que ya no hay hechizo
y el amor no se teje con hilo fino.

Felicidad.




Concibiendo la plenitud y brillantez
de la efímera lujosa euforia,
es ya pura invención, un delirio;
Es así que mi felicidad suplica sed
en el oasis del suplicio,
sin armonizar la efusión y viveza,
sin regocijarse del desierto en la arena.

Distinto universo.



Y es que si coger pudiera pincel
y acuarela fueras cielo mío,
le pintaría distinto amanecer del mío,
del mío distinto anochecer le pintaría,
y es que su sol no sería el mío,
ni sus estrellas las mías,
cambiaría el universo, si acuarela fueras cielo mío.
Y es que ya no me acongojaría,
despertaría con el primer tacto de luz que sintiera
en mi corazón,
con el primer sonido de mañana que escuchara
mi entraña,
y es que a ti no tendría que verte, te sentiría aquí muy dentro mío,
te pinto y por eso cada reflejo,
el sol de éste mi amanecer, es solo mío.
Dormiría con el primer abismo sombrío,
con el primer misterio que tienen las noches
perfiladas con este pincel mío,
y es que a ti no tendría que verte, te sentiría aquí muy dentro mío,
te pinto y por eso cada reflejo,
la luna de éste mi amanecer, es solo mía.

Inocencia.




Vagabas entre la maleza, desorientada,
esclareciendo los abismos,
insinuando con falso atrevimiento conocer
el mordaz atajo por el que su insólito descaro
me guiaba.
!Ay maldita!
que me hacías creer todo lo que me decía,
tú que sin malicia,
tormentos y huracanes,
ráfagas de engaños has soportado;
Tan vulnerable como la hoja que cae
y se turba perdida suplicando.
Tanto que te has dejado seducir
por el verdugo entusiasmado,
deslizándote por el laberinto del estímulo;
Inocencia mía,
tú, mi calvario,
ya te has mudado.

jueves, 29 de abril de 2010

Apocalíptico




Apocalíptico te he sentido, a ti mi corazón,
más no por eso me invade el miedo,
pero no me hables del fin que
aún sin tierra ni horizonte,
a lo lejos le leería el pensamiento;
No me hables del fin que
aún sin aire me llegaría su aliento;
No me hables del fin que
aún sin noche, ni luna,
sin firmamento
me seguiría queriendo;
No me hables del fin que
aún sin ojos, ni manos,
sin cuerpo, ni labios,
aquí dentro quedaría preso;
No me hables del fin que
aún sin tiempo,
nuestras almas controlarían
la velocidad del vuelo;
No me hables del fin que
aún sin aromas, ni texturas, sin sabores
nuestras almas seguirían enloqueciendo;
No me hables del fin que
aún sin temor, espanto y miedo
nuestras almas se transmitirían
el escalofrío del último encuentro.
Y es que no hay más fin que
ya en la otra vida,
no sentir dentro de mí
tus melancolías y alegrías,
no sentir aún sin tu notarlo todavía
ese ansia de amar que nace dentro de tu alma,
como una punzada y que se apodera con garra
hasta que se sacia.
Y es que no hay más fin que
aún sin transmitirme nada
yo ya antes no lo viva,
aún sin caérsele la lágrima
ya no sepa cual su pena,
aún sin pensar
ya no reflexione sobre sus ideas.
Y es que no hay más fin que
ya en la otra vida,
sin vivir él, tampoco yo viva,
sin él vivir, su amor no me transmita.

De seda



Al llegar la noche y destapar la cama,
con la sábana se envuelve , mi alma.
Mi alma se envuelve y es que por la noche,
sin tí, de forma sútil como para siempre
de seda se envuelve.

Y si enjaular pudiera tu obseso,
y si el hierro luchara con tu ser traicionero,
y si tú, fiera inquieta ahuyentaras los malos recuerdos,
te libraría yo, yo te libraría
para sentir que con el tiempo el amor no es un juego.

Mi corazón



Y ahora ya consternado el sol,
por ésta mi indecencia de querer poseerlo yo,
se ha diluido como la sangre en mi corazón,
aprende querido que cada día no serás el mismo,
y que como el sol, tú te apiadas
de éste mi mundo que soy yo.

Serenidad te pido






Apesandumbrada y solitaria
serenidad te pido...mi alma.
La alma ésta mía que
marchita, como última rosa en el jardín olía,
apagada, como estrella en el cielo guiaba,
pesada, como de agua cien mil gotas frías,
dolida, como si con flecha hubiera sido cogida,
engañada, como si viviera todos los días
y se muriera una vez en la vida.
Y es que la alma ésta mía
no entiende, que sin esencia ni armonía,
serenidad aún le pida.
Tú, mi alma, serénate
que ya te guían,
apura y siente la muerte
como si te dieran la vida.

Descubrimiento del amor






Y al día siguiente de hacer el amor...
surgió la transformación,
como si nos hubieran introducido
en una bola de cristal e inmersos,
todos los sentimientos fluyeran de manera desordenada
pero con direcciones más claras.
Al día siguiente, buscas su mirada y no es la misma,
sus ojos ya no son sus ojos,
parece como si se hubieran tornado
y miraran hacia otros lados.
Al día siguiente, rozas sus labios y no son sus labios,
parece que nunca jamás los hayas besado.
Al día siguiente, le das la mano y no es su mano,
ya no la tocas, la destrozas,
la aprietas con fuerza
para saber de verdad
si sigue siendo su misma mano.
Al día siguiente, acaricias sus mejillas, y no son sus mejillas,
e inmóvil pataleas por reconocer su cara,
por adivinar qué pasa.
Al día siguiente, caminas con él y ya no atinas,
como si sus pasos
se dirigieran a otros espacios.
Al día siguiente esperas sentir lo de siempre
y piensas que ya no le tienes,
que el amor de la noche anterior fue mucho amor
y que el descubrimiento culminó...
que llegó a su último escalón ,
en el que ambos entrelazados, agitados,
encontrados como en una bola de cristal,
enfrascados, pudieran al día siguiente predicar
que el amor ha podido,
que el descubrimiento ha fundido
sentimientos emotivos.
Al día siguiente, ya no me lo creo,
está tan vivo todo lo que siento...
y es que como pinturas en la caverna
vivimos el descubrimiento,
olemos el polvoreo,
sentimos el parpadeo,
y abstraemos el sentimiento.
Al día siguiente ya no hay aliento,
todo es nuevo,
él la mira perplejo,
se ha producido el descubrimiento;
¡Y maldito descubrimiento
que ya sé lo que es el amor,
el amor por haberte descubierto!
Que ya no hay sentimiento,
que me quemaría con los rayos del sol,
que me helaría sin temor,
que me enterraría con vigor,
que me soplaría el viento como con ardor,
que la tierra, el agua, el aire y el sol suplican
que el amor sea el puente entre tú y yo.

Querer decir.



Por querer decirlo todo, nada digo.
Revolotean, escalando por las venas
se aferran con hastío,
con afán de que se les ponga voz y brío
y el aliento por camino;
Con desgana, alborto, se van desgarrando y
volviendo al recóndito paraje del agobio.
Como si nacer no quisieran
porque agonía trajeran.
Pero añoranza de antaño, en los tiempos de deseo,
cómo se entrelazaban con ahínco
cómo ahuecando de dentro los nidos,
agitando las alas aparecían, nuestras palabras y
en un mismo eco ya se fundían.
! Oh, que mi única pretensión fue la comunicación
y en mi mayor anhelo se convirtió!
Por querer decirlo todo, nada digo.

Mente.


Fantasea la mente
rebelde cuando quiere,
vulnerable a veces;
Si pudiere de inmortal
te coronaría,
porque eres tú la que reprende
a esta mi alma equívoca.

Ideas



Si mi mente frenara
de ganas inundaría al alma,
pero como si todas las ideas
quisieran ganar la batalla,
como si forjaran brillantes espadas,
como si la más poderosa
fuera ligada a la acción del alma;
Mi mente, como un escenario
de fuertes combatientes, amenazada tiene al alma.
Arriba se habla de orgullo, dignidad y honor,
y es que cuanto más persiste una
más se encapricha la otra.
Cada idea busca su aliado,
pero el chantaje y engaño,
el dominio y egoísmo
son sólo enemigos.
Mi mente, amenazada como por la ira
tiene al alma invadida.
Mente y alma,
alma y mente
empezad cuando os plazca la revancha.

Lo más simple.



Así simplemente...quiero que lo nuestro sea lo más simple
y que por ser sumamente simple se considere
tan complejo que todo lo abarque.
Así simplemente, lo sencillo tendemos
a oscurecerlo, a complicarlo,
pero quiero que lo nuestro sea tan simple,
tan fácil y espontáneo, tanto
que no tenga color,
que lo simple incluso se pueda aun más simplificar,
que parezca como inverosímil por la autoridad
con que se imponga lo verdadero, lo transparente, lo auténtico.
Así simplemente, la simplicidad de tu gesto,
tu caricia, tu beso,
la sencillez de tu ser,
la sinceridad y pureza del ánimo,
tu candor quiero que sea la salvación
y tu ingenuidad mi único y útil aliado.
Así simplemente...quiero que lo nuestro sea lo más simple,
enséñame, sin dificultad alguna,
lo más simplicísimo y natural,
tanto que simplemente sea una realidad,
y que por ser una realidad sea temporal,
y que por ser temporal sea eterna,
y que por ser eterna, lo simple no tenga
principio ni final.


martes, 27 de abril de 2010

Mil maneras más.




-Permíteme ahondar en lo de siempre...
pero tú y yo no nos entendemos,
¿crees que a mí me basta solo con amar?
al igual que lo es todo,al impulso siguiente,
el amor puede ser un gran
vacío,exclamé.
-no confundas,y tampoco estimules
a esa tu frustración que tanto te gusta y conmueve,
lo único que nos pasa es que estamos descubriendo
los motivos por los cuales
nuestra compenetración no funciona,
ahora ya sabemos unas cuantas maneras
de no llevar la relación,
todavía nos quedan mil oportunidades más para intimar,
me dijo,recordando vagamente ciertas palabras de
Edison
y con la pretensión de incurrir
de forma vehemente en el ritual de la
equivocación.

A ti, madre.




Solo al imaginarte rompo en sollozos
imaginando que no te imagino.
Solo al pensar en ti
me atormento pensando que no te pienso.
Solo al soñar contigo
me desvelo y de insomnio padezco soñando que no te sueño.
Solo al mirarte a ti
me ciego viendo que no te veo.
Solo ya a la vida condeno
por tus frustraciones,desasosiegos.
Solo ya con la vida pacte un duelo
por tus anhelos.
Solo ya cuando la vida te enseña
y memorizas...
solo ya cuando en tu vida no te quede mas que ser tu misma,
solo ya cuando tu vivas en ti,
solo cuando tu no seas él, yo podre ser tú...
!madre!déjame inmortalizarte,de generación en generación,
y es que en la vida hay que ser algo,
yo,!tengo que ser tú!

lunes, 26 de abril de 2010




Como la ola que por el túnel azul derrama sombra ,
da la vuelta y sublime máscara blanca esclarece,
como el sol que se funde y se baña
y susurra el trémulo fulgor de la mañana,
como las nubes altas que gobiernan
o a veces amenazan bárbaras,
como el cielo con quietud que espía
y declara gama diferente de ráfagas
con colores o seductor reclama al agua llana;
como tu corazón que alababa la aromática fragancia
de su sombría niñez ya pasada,
así la vereda se transporta a un paraje de doble cara...
así tu corazón ya no se fía del olor suave que pulula
y en el fondo esconde palabras vanas,
así tu amiga te suplica...
que no abrumes a tu corazón con apesadumbrada gana,
que agitado ,ahora se revuelve con la pesada coraza,
que vacío ahora ,eufórico temblará cuando al alba
el amor se filtre y hables con la mirada.



En su día Voltaire dijo que una palabra mal colocada estropea
el más bello pensamiento, y yo añado que el pensamiento estropea
el más sublime y puro sentimiento,
el sentimiento estropea al alma más sutil y calmada,
pero una alma que no entiende estropea
el más bello e incólume sentido de la existencia,
la arrogante y agitada felicidad.

Mirar



Yo le hube mirado, le había mirado,
le miraba, le miré, yo le he mirado,

pero es que le miro, sin límite, infinito
y aún delante suya me inquieto,

porque creo jamás antes haberle mirado.
Aunque yo le mire, le haya mirado,
le mirara o mirase, aunque le hubiera o hubiese mirado,

le miro, sin límite, infinito
y aún delante suya me inquieto,

porque creo jamás antes haberle mirado.
Yo le miraré, le habré mirado,
aunque yo le mirare o le hubiere mirado,
le miraría, yo le habría mirado,
le miro, sin limite, infinito
y aún delante suya me inquieto,

porque creo jamás antes haberle mirado.
Mira tú, mirad vosotros,
mirar, habiendo mirado,
mirando...
y quizás me abruméis con mérito,
porque para cambiar solo el tiempo verbal
mejor no escribo...pero sin argumento,
le miro y le habría vuelto a mirar ,
sin límite, infinito
y aún delante suya me admiro,

porque creo jamás antes haberle visto.